jueves, agosto 13, 2009

de como la que iba a ser la segunda parte de las fiestas acabó siendo otra cosa

Tengo una tendencia bastante reincidente a dejar las cosas a medias, desde las más insignificantes a las más trascendentales. Con catorce o quince años y con el dinero de un par de cupones que me había dado mi padre para cobrar (veinticinco mil pesetas me parece que eran), me compré una guitarra en lo de Pascual. Un arrebato. Había dos o tres en los grupos de la catequesis que se me antojaba a mi que ligaban una cosa bárbara. Sobra decir que yo no me comía una rosca. Así que cogí aquella guitarra con las mismas ganas que hubiera agarrado a alguna muchacha de las de entonces. Desesperadamente. Mis padres me buscaron un profesor, porque el primer fascículo de una colección que compré en la librería de Jose no daba los resultados que yo esperaba. Estuve un par de días tocando el greensleeves en el mástil directamente. El profesor en cuestión era Miguel El Gitano. Conocido también como el encargado de las huertas, arbolado vario y demás terrenos que rodeaban el José Marín (célebre Instituto de Bachillerato de mi pueblo). El hombre trato de enseñarme, pero tenía una artrosis considerable, y unos días podía mover los dedos y otros no. Aprendí a tocar las parrandas (baile popular de la zona), pero me atranqué en las malagueñas, que tenían cejilla. Harto de apretar el dedo y viendo que tal y como pintaba aquello tocando parrandas y malagueñas me iba a comer todavía menos de lo que me comía, que ya iba a ser difícil ahora que lo pienso, le regalé un décimo de lotería de navidad a Miguel por los servicios prestados, me cogí la guitarra, la metí en la funda y no volví más a las clases. No iría más de diez o doce veces...

Juro por Dios que pensaba escribir la segunda parte del post de las fiestas. Iba a empezar hablando de que me dejo cosas a medias, pero que este post no. Y mira...

miércoles, agosto 12, 2009

dos días para las vacances...



Lyrics | Supergrass - Alright lyrics

gaz es clavado al yoyas...

sillas plegadas

Esta mañana, a eso de las ocho y media, viniendo al trabajo, al girar una esquina, he visto a cinco o seis hombres en la puerta de una casa de planta baja. Un par estaban sentados en sillas de plástico blancas. Tenían la mirada como perdida. Los demás hablaban distendidamente. Apoyadas en la fachada había algunas sillas más, de madera, plegadas. Desde el coche se veía un pasillo oscuro por el que se cruzaban otros. Al final de ese pasillo estaba la muerte. Seguro.

martes, agosto 11, 2009

las fiestas de mi pueblo



El otro día me preguntaba Carmen si este fin de semana eran las fiestas de mi pueblo. Eché cuentas y resulta que sí. Que tal día como ese, en vez de estar tirado en el sofá burguillero, otros años andaba yo recuperándome de los excesos de los dos o tres días que ya me hubiera festeado y dispuesto a pegarme otra noche más dando tumbos por lo que ha venido siendo el nómada recinto ferial de la villa.

Las fiestas de Vélez Rubio imagino tienen un programa parecido al del resto de pueblos de entre cuatro y seis mil habitantes del sur de España. Esta población se multiplicaba por cuatro o cinco esos días. Por cosa de la emigración, el pueblo era invadido por hordas de catalanes, valencianos, franchutes y demás repatriados estivales, que ahora que lo veo con un poco de distancia, la mayor de las veces no eran sino gentes del extra-radio de urbes como Barcelona a las que sus padres se habían mudado para sobrevivir, pero que eso sí, cuando venían al pueblo se daban unos aires que no veas. Las cosas como son, les cogí coraje a un gran porcentaje de nuestros visitantes estivales. Básicamente al porcentaje masculino. Las féminas eran otra cosa. A estos forasteros les tenía tirria, aparte de porque las mozas se quedaban embobadas con ellos, porque eran tontos. Y lo dejo, y sigo con el programa porque me pierdo. Las fiestas empezaban con la coronación de la reina y sus damas. Esto, lo sabe todo el mundo, estaba MUY amañado. No hay otra explicación para ver las bellezas con que nos deleitaban en el famoso “El libro de las fiestas”, señera publicación velezana, sufragada con la aportación de los comerciantes listados, en la que el alcalde de turno saludaba a sus paisanos y lectores con bien poco arte. Ahí venían que si los conciertos, que si la verbena, que si el pasacalles, que si la carrera de cintas... en fin, grandes eventos todos en los que al final siempre acababan desfilando los mismos. Célebre es el golf descapotable de la hija de Tortosa. Con todo siempre entraba un cosquilleo cuando iba llegando el día. Daba gusto ver tanta gente, acostumbrado uno como estaba a que en cuanto oscureciera no quedara ni un gato en la calle. Y el pueblo, oye, de punto en flor...

Y ahora no tengo más tiempo de escribir... a ver si me animo y escribo una segunda parte y cuento lo de cuando me firmó Regina Do Santos en una barra de pan.

martes, agosto 04, 2009

el diario de patricia (que ya ni es de patricia ni nada), manolo escobar y la inyección

Fui fan yo en su tiempo de Patricia, la del diario. En principio pensaba que era uno de esos programas basura que no conviene ver si no quieres quedarte tarado, pero no sé cómo y todavía hoy no sé si aquel dato fue verídico, alguien me dijo que la tal Patricia era sobrina de Manolo Escobar. Huelga decir que siendo yo de Vélez-Rubio y perteneciendo este municipio a la provincia de Almería, no tengo por más cojones que ser fan de Manolo Escobar, de sus hermanos los guitarristas que sacó del hambre, y de todo quisqui que tenga algo que ver con él, que para eso, y hasta la llegada de Bisbal (otro día hago un post para este y sus admiradoras del Chirivel), ha sido el nativo más insigne que ha dado mi tierra. Mi infancia tiene mucho que ver con cintas de casete sonando en modo bucle en nuestros viajes de verano (y ojo, que nos cruzábamos España, que un viaje de Vélez Rubio (Almería) a Plan (Huesca) da para muchas vueltas a la cinta), y películas de sobremesa con Manolo Escobar arrancándose a cantar cuando le parecía, ya fuera vestido de cura, de marinero o de vividor... Esto no se crean que es una cosa mía única, es cosa de familia y creo yo de provincia, que una vez me impresionó a mi sobremanera, estando de visita en casa de unos parientes en Aviñón, la visión en el salón a modo de enciclopedia espasa calpé, de TODA la colección completa de uvehacheses. Y me centro, que me pierde la pasión porompopera. A lo que iba, al programa de Antena 3, que tuvo su momento, con una Patricia en estado de gracia que se ganaba a invitados, público y audiencia por este orden, llevando magistralmente sus "entrevistas" a las buenas gentes que iban a contar sus historias, mostrando una empatía exquisita con sus huéspedes y tan natural ella oye... vale que alguna vez las historias eran un poco truculentas, que otras eran verdaderas tragedias, pero siempre sabía darle su punto... claro, aquí lo malo no era la anfitriona, que como he dicho era familia de Manolo Escobar, eran los invitados, que se acababan los buenos, y empezó a tirar de una patulea bastante chunga, y a llevar cosas a su casa que no tenía que llevar, y la pobre, después de unos episodios penosos, y el consiguiente linchamiento público, abandonó el barco, y por ahí anda dando tumbos... estos días, por aquello del descanso estival, llego a casa más temprano de lo habitual, y algún día, unos años después, me he visto el programa con la presentadora nueva, que no sé ni como se llama la verdad, lamentable... en la mejor de las ocasiones lo único que hacen es evidenciar el manifiesto grado de retraso o tara mental (y/o físico) de los invitados, y lo hacen sin vergüenza ninguna y sacándose unas buenas perras con los anuncios que meten en medio de las historias de estos desgraciados (en el sentido más misericordioso de la palabra)...

peeeeeerooo... pero merece la pena verlo diez o quince años todas las tardes sólo para darse la panzá de reír que me he dado yo viendo este caso que corto pego (youtube mediante)




si pudiera, repescaba el vídeo de cuando salió uno del pueblo, o una... se hacía llamar sina... y que no es ni otro ni otra que la alfonsina... no tuvo mucha gracia, pero era del pueblo, aunque no se dignara a mentarlo... cosa que por cierto mis abuelos agradecieron...
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