Mujeres Ricas. 21 de noviembre. Adiós reina del tomate, adiós.

hace 30 años...
traducción del ruso: "Visite Almería, tenemos naranjas, limones y golfas"

En el episodio de esta semana Travelo Mar hacía una patética despedida de no soltera, y yo me despido de estos comentarios. Me sigue pareciendo un estupendo programa con infinitas virtudes, un montaje ágil y divertidísimo, pero la verdad, no me veo con fuerzas para sacarle más punta. De haber emitido una sola temporada, este programa se habría convertido en un mito de la televisión moderna. Generaciones enteras nos envidiarían por haber vivido aquel momento mágico en que se emitió. Pero no, lo están estirando como buenamente pueden, y ni el talento de mujeres como Mar, Olivia o Nannis da para mantener el nivel. Con todo, yo seguiré viéndolo. 

Como digo, empezaba el episodio con Mar viendo los (re)frescos de Natasha en su mansión de rica con mal gusto. Cuando entra a la casa yo creo que hasta se avergüenza un poco de ir dándoselas de colega de riqueza cuando su casa entera cabe en el recibidor de la rusa.  Su nueva amiga le tiene preparada una despedida de (no) soltera como es ella, muy triste. Están las dos solas, momento que Natasha aprovecha para confesarle lo desgraciada que es (si al principio sorprende que esté la mujer sola, acaba cansando que te cuente sus miserias a la que le pones un café por delante). A Mar no se le ocurre otra cosa que soltar una de sus perlas “No sé si es el tema de la globalización o qué pero las relaciones son más efímeras y eso pasa en todas partes del mundo” Tú sí que eres efímera. Después de este momento de intimidad, se colocan un par de disfraces de todo a cien, la rusa de Lara Putona Croft y la almeriense de choni de barrio (porque colocarse un chándal amarillo pollo y salir con esas pintas y pretender que eres Uma Thurman en Kill Bill pues como que no). De esta guisa se ponen a pegar tiros con una pistola de aire comprimido a una diana, tan emocionante como una carrera de caracoles, y los de producción vuelven a jugársela a Mar, que otra cosa no, pero a base de hacer tonterías se gana lo que le paguen, y la suben a un toro mecánico como de feria de pueblo. Ni se le sale una teta ni nada, así que rollo patatero. Con todo Mar dice “No voy a olvidar este día”. Pero qué mentirosa eres. Lo que sí que no va a olvidar es su visita a Sé Lo Que Hicisteis, “Soy la nueva presentadora de SLQH, y me siento una diva, en fin, que se mueran las feas”. Otra muestra más de cómo encadenar frases absurdas como le sale a ella del toto. Que lo tiene que tener pero que bien gordo. “He jugado con mi experiencia en televisión”. Hace una un par de casting porno amateur y de presentadora en una tele de pueblo y ya tiene experiencia… venga ya. Yo sé que ella piensa que de aquí al cielo, pero por si no te habías enterado ya te lo digo yo: se están riendo de ti y cuando se cansen, que se cansarán pronto, lo más que vas a poder hacer es un programa de estos  timando noctámbulos pajilleros. Mientras Natasha sigue demostrando que ella si es rica de verdad, parece que el marido le ha regalado un coche de doscientos mil euros, y ella finge o no se sabe estar contenta porque dice que ahora si es una chica Bond de verdad, que al parecer es algo que le obsesiona. Es penosa en el sentido más lacrimógeno de la palabra.

Mariana Nannis es otra que ya cansa. Dice que le gustan los travestis, que ella tiene voz de travesti. Me sigue haciendo gracia ver como se ríe su amigo el gordo pelo coño, y me pregunto a qué se dedicará. Mientras los dos hacen prácticas con un profesor de canto cuní-cuní cuní-culá, mandan a la nena a la autoescuela. Charlotte tiene claras deficiencias de atención, está en la parra todo el rato, cosa que tampoco es fácil. El profesor se esfuerza el hombre, pero es cuestión de días que le plantee a Charlotte que pague a una de esas mafias que se dedican a sacarse el carné por uno.  Dice la muchacha, haciendo amigos en su pueblo “En Marbella como la gente no sabe nada y son catetos” La pobrecita lo que le escucha a la madre lo repite pero pone cara siempre como ni de recordar lo que acaba de decir. No da para mucho más, pero con todo le sigo augurando un futuro esplendoroso, está comprobado que en este mundo cuando más tonto es uno, mejor le va. Un vídeo porno vestida de monja y el mundo será suyo. Después madre e hija se van a jugar al golf, bueno, se van a un campo de golf, como siempre para nada vestidas para la ocasión, Mariana marca pezones con un vestido así como de seda, y aprovecha para ligar con viejos, ella dice geriátricos. Se chocan con los cochecillos y hacen un rato las payasas. Sólo se salva Charlotte con una de sus frases “Me gusta el golf pero es más para viejos”

Hablando de patéticas, vuelven Las Collado. Y vuelven para nada, bueno para nada no, al parecer son más pobres todavía de lo que parecía y ahora tienen que vender la casa. El de recurrir al programa debe formar parte de su estrategia para llamar la atención sobre su bien inmueble. Estos le mandan al decorador que ya visitó la casa de Verónika (que por cierto, vuelve a no aparecer en el programa, y me hace preguntarme si la que tuvo la entrevista con Olivia en el episodio anterior no sería una doble). El tío tiene su gracia y básicamente les recomienda para poder vender la casa que despejen de trastos todas las habitaciones. Que vaya la de morralla que tienen acumulada. También les recomienda tener la casa limpia. ¡Zas! ¡En toda la boca! Tampoco es que no supiéramos ya que Las Collado eran unas guarras. Una de ellas, que como gastan el mismo tinte no sé diferenciarlas, se lió a las primeras de cambio con el profesor de pádel de Mar. Por cierto, ¿en qué habrá quedado aquella historia? ¿Irá a visitarla él y se quedará en una pensión barata de Madrid o quedarán en un motel de carretera en Albacete que les queda a medio camino a los dos?

Y para terminar la hiper-botoxada Olivia. Que se va a pasar una jornada al campo, a casa de unos amigos. Como siempre, tiene mucha hambre y se harta de comer en la barbacoa que les preparan su anfitriones. Dice que su marido sólo sabe beber servir vino. Es todo un poco rollo, menos un chiste de inglesas que cuenta Olivia. Se nota que son tres mujeres que tienen mantenidos a los maridos, que mientras ellas charran se dedican a roncar en la piscina. Más tarde, en casa, parece que el ex marido de la francesa hace las maletas para irse a pasar su temporadita de turismo sexual en Cuba. Ella se pone a hacerle la maleta, agachándose de forma que se le ve el escote, las ubres más concretamente. Comentario aparte merecería la pinta del ex, tiene pinta de viejo leproso al que se le va a caer la chorra a la que la meta donde no debe.  Se va a llevar a Cuba unas camisas terroríficas y chucherías para regalarle a los cubanos. Olivia decide montarle una fiesta temática de despedida. Bailan mucha música latina y otra vez a comer. Qué le gusta comer a esta mujer… Cuenta le traía hacer algo de dieta y pensar menos en operaciones de estética. O comprarse pantalones de un color diferente al carne, que parece que no lleva nada y da como grimilla ver a una señora así mayor denuda.

Y ya está, hasta  aquí hemos llegado con Mujeres Ricas. No sé ni para qué he escrito este último. Me estoy cayendo de sueño y mañana tengo que madrugar.