¿Caústico? ¿Quiere decir, malicioso? Sí, soy un poco malicioso – dijo Settembrini-. Lo que lamento es estar condenado a malgastar mi maldad en cosas tan miserables. Espero que no tenga nada en contra de la maldad, mi querido ingeniero. A mi parecer, es el arma más brillante de la razón contra las fuerzas de las tinieblas y la fealdad. La maldad, señor, es el espíritu de la crítica, y la crítica es el origen del progreso y la ilustración.
Leía esto el otro día en La Montaña Mágica (libro que por cierto recomiendo infinito), y reflexionaba un poco... la verdad es que para un tipo tremendamente crítico como un servidor son palabras que alivian el espíritu, de hecho incluso lo eleva... no esconderé que es grato que le justifiquen a uno los instintos... uno mío es ser implacable con las faltas, o como quieras llamarlas, ajenas... de haber demostrado el mismo olfato para las propias otro gallo me cantaría, pero esa es otra historia. Normalmente soy una persona bastante afable, pero en el proceso unas veces rápido y otras más lento de conocer a alguien no puedo evitar hacer un escaneo a lo terminator de los rasgos del individuo de mi misma especie al que me enfrento, presto más atención a la psique que a lo físico y antes de darme cuenta ya lo tengo liquidado. No tiene porque ser un ente infecto, de hecho puede resultarme adorable, pero sea como sea acabo guardando un arsenal con el que bombardearle en el hipotético caso de que se le ocurriera dar un paso en falso en lo que a mi persona se refiere... supongo que es una especie de arma preventiva esta mía... y algunas veces, como todo el que va armado, sin darme cuenta se me dispara el arma sin que medie provocación alguna. El caso es que no quiero ser así, no quiero ir por ahí diciendo barbaridades de nadie. Así que me he propuesto no ser cruel anymore. Esta es mi propuesta de enmienda de hoy. (menudo gilipollas estoy hecho) --> para redimirme, este vídeo:
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