granjero busca esposa (II)

El otro día, después de ver ese producto televisivo tan finamente engranado que es granjero busca esposa me sentía con fuerzas para dedicarle un post entero a cada uno de los participantes, de los granjeros y de sus pretendientas... la semana pasada por cuestiones laborales pude ver sólo el final... fue bastante entretenido... pero quince días con diez escasos minutos han hecho que la llama de GBE se haya ido apagando en mi...

Guillamet (José) ya no me parece el perturbado que creía, quizás sólo un pobre demonio atormentado que ha equivocado donde nacer... seguro que en una comuna hippie californiana hace cuarenta años se hubiera sentido mucho más cómodo... sus pretendientas... una la pobre está muy necesitada... porque enamorarse de un bicho así es síntoma de la más perentoria (la muchacha se ha enamorado, no hay más que verla), y la otra, una tía bastante enigmática. Parece normal, pero no me fío un pelo de ella.

Aitor Aurrekoetxea es con diferencia el peor de entre todos. Es mala persona y bastante esquizoide. Cierto es que una de sus pretendientas haría salir de sus casillas al más zen, pero es que se le nota a leguas que es un perturbado. Nada más darle el primer beso a la pescadera (la otra pretendienta), una joven moza gallega que también es bastante desconcertante, le dijo que la quería y por el adelanto del otro día parece que ya le ha pedido matrimonio en cosa de diez días. La ha visto con delantal y le ha dejado meter su lengua en su boca y alrededores y ya está entregado... porque esa es otra... esta gente hacen unas cosas muy raras con sus lenguas... particularmente los granjeros... da bastante grima estar cenando y verlos desenfundar...

El que más grima da, aún sin sacar la lengua, pero cuando la saca tiene un efecto bastante vomipurgativo, es Carlos Ruíz, en su ficha pone que tiene 35 años pero aparenta 50. y de los 50 parece que hubiera pasado 30 en el club de alterne que más cerca le quede de la granja. Es el peor parado con las pretendientas, una granadina bastísima... que tiene gracia sólo cuando la embiste algún animal, muy patán ella... y una argentina o uruguaya, en fin tiene el acento ese que odio tanto. No mola nada. Las dos se dejan sobar por este hombre que apostaría 10 a 1 a que pasaría un mal rato en el juego de tu vida a la pregunta de si ha tenido alguna experiencia de zoofilia.

Y hablando de zoofilia... hace dos semanas o así Tito Martínez (un salido majete, pepa dixit) le metió el brazo hasta el codo a una vaca que ni se inmutó ella... el pobre bizquea cada vez que le ve los pechos a una especie de vampiresa prefabricada que se le ha colado en casa. Se la ha fundido 100% seguro. Bueno, él y medio levante. También hay una brasileña, más jovencita y con la misma pinta de ninfómana que la otra. Entre elegir entre estas dos y darme un tiro en una rodilla elijo el tiro.

Nides Riesco es como el campero perfecto. Alcalde y todo. Y ahora además tiene a dos mujeres a su merced. Se da aire de modestia... pero yo creo que está pensando... “toda mi vida plantando papas, haciendo siempre lo correcto, y por fin, por fin voy a poder hacer un trío”, “me lo merezco”. Es tan, tan... aburrido. Se ha decantado por la joven de las dos (como casi todos por otra parte, mozas en edad de criar churumbeles). La chavala es bastante sosa. No es nada atractiva, pero bueno, puede criar. La otra pretendienta es una rusa resabiada. Sabe lo que tiene entre manos, un cateto al que liar. Como baje la guardia lo veo mandando dinero Rusia para la familia de ella. Con diferencia esta mujer es la más atractiva de todas las que hay en el programa. Si tuviera 20 años menos me hubiera quedado con ella.

Y el último, David Escur (en la foto), lo dejo para el final porque es el mejor. David es peludo, suave, tan blando por fuera que se diría todo de algodón... David es Platero. Es tan tierno... el pobre no tiene muchas maneras, pero es de buen corazón, y vive en el paraíso. Ahora mismo vive con las hermanastras de cenicienta... supongo que se irán pronto. Me dan tanta pena. Cuando vean el programa lamentarán ser las personas que son, y sobre todo lamentarán no haberse quedado con David. Para cuando quieran volver será demasiado tarde porque seguro que habrá caravanas de solteras que irán en procesión al Parque Nacional de Llesui. Él sabrá elegir a una princesa para vivir en su casa de cuento, con sus 400 ovejas y 50 cabras. Si no estuviera casado y fuera una chica, lo dejaría todo y me iría al Pirineo a declararle mi amor.

Al final me he emocionado.