martes, octubre 06, 2009

El Aprendiz (segunda parte) o Benjamín I El Fantoche.

soy la polla en vinagre! *


En mi post-adolescencia más absurda vestía yo a veces de una manera un poco estrafalaria creyéndome, eso sí, el colmo de la modernidad. Lucía atuendos como unas deportivas, pantalón vaquero ajustado y chaqueta con hombreras, pantalones a cuadros con camisa y chaleco a juego o suéter de estos de manga estrecha marcando… Rara era la vez que cuando salía de casa no me decía mi madre: “ande vas, que vas hecho un fantoche”. A fuerza de decírmelo, y de llamarme a mi la atención la palabra, la busqué en el diccionario, y resultó que un fantoche venía a ser un individuo neciamente presumido, entre grotesco y desdeñable. Se pasaba un poco, pero como siempre, muy sabias las madres. En este caso, la mía en particular.


Pues el segundo programa de El Aprendiz ha sido un ejercicio de exhibicionismo fantochero del tarado emocional del Benjamín este. Que no le pega el nombre por cierto, seguro es de los que cuando hizo la confirmación pensó en cambiarse el nombre por Alejandro o Carlos V o algo así en plan imperial. Es el hombre bien parecido, con un buen talle y ágil de mente. Pero no es más tonto porque no se puede. Es un cretino senior. Un lerdo advanced. Un idiot-ain’t-no-fucking.
Esta vez los equipos disponían de ochocientos euros para organizar una noche de restaurante temático en un bar de barrio. Las chicas, como la vez anterior, muy sosas, y sólo tuvieron algunos minutos en el programa porque las encargadas de captar clientes se disfrazaron de putón hawaiano una y de piloto de líneas aéreas eróticas otra. Enseñaban cachaza y consiguieron liar a unos cuantos. Después, ya en el bar, y con las cámaras allí se ve que les daba cosa irse, porque salvo un zumbado que les dijo las verdades del barquero, el resto, apoquinaron los veintitantos euros del penoso menú que servían. Claro que para penosos, los atuendos de los muchachos, disfrazados de mexicanos de todo a cien. Ni las ratas entraron en el local que habían ambientado con cartulinas, rotuladores y guirnaldas (que ellos pronunciaban con j por cierto, ¡cómo decoran las girnaldas!). Como digo, todo giró en torno al pulso de poder en toda regla que Benjamín planteó al líder, Rubén. Un pobre muchacho que en vez de ojos parece tener huevos. Y que dejó que el chulillo de barrio recauchutado en comercial agresivo se le subiera a las barbas. ¿Me das el ok? ¿Me das el ok?. Una patada en los cojones te voy a dar, anormal. El resultado: los chicos perdieron otra vez. Y eso que el negocio de las chicas también fue ruinoso. Nominados, el líder, Rubén, por decreto, y Benjamín y otro que no me he quedado con el nombre, porque el líder elige sus compañeros de nominación. Benjamín, en los alegatos, soltó una de perlas que no veas, aparte de llamar a su jefe, despótico, visceral y patético, se defendió diciendo “y mis negociaciones – que creo que fueron geniales”, o, “en muchas ocasiones fui El Salvador”, “porque yo manejo equipos de doscientas personas”, “yo hubiese hecho una promoción increíblemente mejor”… para darle hostias hasta en el cielo de la boca… La expulsión estaba clara: Benjamín a la puta calle. Pero… y siempre hay un pero, al programa no le interesa de ninguna manera deshacerse de un prenda así, que da un juego que no veas, así que el pánfilo del ojos de huevo, a tomar viento fresco. Eso sí, el insolentemente soberbio Benjamín se llevó un rapapolvos del señor Bassat, que lo ha calado pero bien. Por una parte me gusta que siga este hombre, pero por otra, está claro que Don Lluís, al que yo creía más allá del bien y del mal, como un Risto Mejide de tres al cuarto, se ha prestado a los deseos de la productora. Quién sabe si al final y si las cosas se ponen todavía peor de share este se acaba zumbando a alguna. Benjamín, no el señor Bassat.
En otro orden de realitys, me estoy picando con Pekín Express.


6 comentarios:

Jose Collado dijo...

Vaya descubrimiento este blog...!!!!
Hay que despedir al señor Bassat por plegarse a los deseos de la productora perjudicando gravamente al equipo de los chicos, al permitir que este personaje continue.

Tiago Cotes dijo...

¡muchas gracias jose!
sobra decir que estoy contigo, pero me parece un poco extremo lo de despedir al señor Bassat. me conformo con que larguen al experto en negociaciones este en un par de programas.

RedBook dijo...

(reflexión libre)
Señor Bassat, debería usted explicar porqué es tan importante la integridad del primer expulsado... y porqué es tan intolerable la soberbia de Benjamin que sigue ahí dentro... todos ellos adolecen de lo mismo: no hay un buen producto de momento, y como no lo hay, y sabe que la audiencia manda, consiente a Benjamin ser el personaje más radical dentro de "el aprendiz".
Las decisiones de despido son discutibles, su argumentación necesaria.
(fin de la reflexión)

Johnny Tumblepop dijo...

Que mala suerte que curre de noche, porque según voy leyendo este blog, este programa es mítico en cuanto a cagadas de las gordas.

Anónimo dijo...

Personalmente, el programa me parece una fantochada, que desde luego, flaco favor hace a la imagen como profesionales de los participantes. Eso sí, sólo por leer entradas como esta, merece la pena. Lo que me he podido reir...

Tiago Cotes dijo...

si que es cierto que si alguno quiere mantener intacto su perfil profesional debería huir de la venta ambulante con cámaras como de la peste...

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