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a la felicidad por el croché |
Seis granjeros, todos machos, y hasta diez hembras por
barba. Ellos hacen su entrada en escena a lo Reservoir Dogs pero con música de
Raphael. Que por cierto, premio especial para el de la música, si ya en
ediciones anteriores estuvo sembrado, en esta, se sale, con un conocimiento y
un emplastamiento de lo indie y de lo cañí simplemente sublime. Pues eso, que
llegan los granjeros como motos, y se van asomando a una loma en la que Luján
los presenta en sociedad. Empieza la fiesta.
Luis. Este es el de la camisa blanca estampada con motivos equinos y banderitas españolas. A modo de profecía se ven unas imágenes suyas domando a una yegua en el que debe ser su cortijo. Un señorito andaluz como Dios manda, con su gomina y todos sus avíos. Dice que quiere una mujer con clase, así que le salen de pretendientas una panda de aspirantes a pijas con menos gracia que posibles. Esta es a priori la granja (cortijo) que menos juego va a dar. Yo ya me lo quitaba de en medio para concentrarme en las otras.
Gustavo.
En adelante Alfredo Landa. Es así como
achaparrado. A pesar de vestir vaqueros, la camisa blanca que lleva le hace
lucir como un mesero en una venta de un capítulo de El Quijote. La mujer lo
abandonó a él y de paso a las tres criaturas que tiene por reino. Una mala
pécora seguro. Dice que solo necesita una reina para tenerlo todo. Y yo me lo
creo. Me encanta. Lo adoro. Es al típico al que escribiría si fuera mujer,
tuviera cuarenta años y estuviera de vuelta de todo. O bueno, ahora que lo
pienso, para que la otra abandonara a los niños, una de dos, o es una
desequilibrada o ahí se esconde algo oscuro.
Ay qué lío. Mejor no llamaba. Esta granja promete.
César.
El tigre. Es un coctel explosivo este señor. Hombretón, bien parecido y
extremadamente cómico. Él y Gustavo podrían haber causado sensación como
actores en los tiempos del destape. Ha pedido mujeres fogosas, así que le han
escrito un chorro de picaronas con ganas de marcha. Una viejarrona de estas
rubias recauchutadas va particularmente a saco. Más adelante daré detalles
plausibles. Su granja va a ser un despiporre.
Melendi. Yo pensaba que
esto era solo nombre artístico. Criatura de sonrisa imposible, orejas generosas
y quijada prominente con querencia por el baile movidito y agarrado. Bachata y
merengue. Vamos, que le gusta arrimar la cebolleta y restregarla
compulsivamente. Como a todos, lo presentan en plan celebrities (muchachada),
pero este les da unos primeros planos loquísimos. Con eso del baile le salen
pretendientas musicales. Las cosas como son, guapo no es, pero tiene ese
encanto de lo genuinamente rural, como de piedra, como de hierba. Parece un tío
alegre de esos a los que a la que se toman dos tintos se les pone la nariz
colorada y que como arranquen a bailar en las fiestas no hay quien los pare.
Promete grandes momentos.
Ramón.
A ver como lo digo para que no parezca lo que no es, que de verdad que no es mi
intención ofender a nadie… Este es el gordinflas tontico. Me cae muy bien, pero
es cortico. Mucho. Hasta proporciona su momento “y yo también”. Le cuesta
arrancarse a hablar, más bien es de rumiar las cosas para él, pero ahora,
cuando se arranca, parece que le salieran perlas de la boca “El amor tiene que ser muy bonito, quererse,
el cariño, los sentimientos, muchas cosas todas juntas”. Nunca le ha dicho
a una chica que la quiere, pero me da que con las frescas rollizas que le han
salido, no va a tardar mucho en declararse. Seguro es virgen, porque no me
puedo creer que este hombre haya yacido con una mujer y no le haya dicho que la
quiere. Sin duda, de esta granja vendrán los momentos más surrealistas de esta
edición.
Yonatan.
Este es el más jovencito. Tiene las hormonas a mil y vergüenza ninguna. El
Cristiano Ronaldo de los tractores se hace llamar. Yo creo que detrás de esa
fachada de bestia sexual depravada se esconde un onanista compulsivo
decidido a aprovechar la oportunidad de pillar cacho que se le ha presentado. Y
vaya que si la va a aprovechar. Marca dentadura como quien presume de paquete.
Dice que le encanta el sexo y que necesita alguien que le limpie y le planche.
Las novietas que le salen son más bien feas, operadas de las tetas, con el pelo
largo y todo el rollo, pero particularmente una tiene una cara que es un
Picasso.
Eso ellos. A ellas las montan en Atocha en un autobús escolar como
ovejas y se las llevan para la selección final. Cantan todas “qué guapa soy y
qué tipo tengo” mientras nosotros escuchamos a Manolo Escobar con “me voy palpueblo”. Como buen almeriense, casi se me saltan las lágrimas de la emoción
cuando escuché a mí paisano cantar este remedo del porompopó. Muy grande. En
cuanto llegan les dan careo ahí en un prado con sus tacones para que corran y
se vayan situando alrededor de una estaca con el nombre de su pretendido. Y
llegan ellos. Suena el “los chicos con las chicas” de Los Bravos y se desata la
histeria… ni los Beatles oye, ellas gritan, se retuercen, tratan de
tocarlos, Román se engancha a una de
grandes ubres que esta desatadísima y no deja de clavar y desclavar su estaca.
Yo ya empiezo a no saber ni dónde agarrarme de lo nervioso que estoy.
Y llega el momento culmen de la noche. Las entrevistas. Esto
de verdad es muy grande. Deberían pasarlo en las escuelas de montaje.
Explicarlo sería como ponerme a contar En Busca del Tiempo Perdido, hay cosas
que hay que hacerlas por uno mismo o no. Vaya, que hay que verlo. En la web deCuatro puede hacerlo el que no lo haya hecho. Ellas vienen dispuestas a todo, y
este es su momento. Las más tiran por la calle de en medio y se morrean a lo
bruto, otras cantan, lloran, se atoran, se ponen en plan inquisidor, declaran
amor eterno, o se muestran dispuestas a
escribirle una novela al bruto de turno, hablan de sus hijos “no te asustes… tú tienes perros y animales y
todo eso, pues los niños lo mismo” dice una. Un cuadro. A destacar la mujer
que susurra a los caballos y que trata de hipnotizar a César, el tigre, como si
fuera una gallina, y otra zumbada que se presenta bailando con un ipod en una
mano y una flor en la otra y se declara dispuesta a traer la alegría a la casa.
Ambas dos, como atinan los granjeros, tienen
una buena pedrada. Y hablando de piedras, por la suya debe haberse pasado a
medio Madrid una de las postulantes al fogoso, que le mienta no sé qué de
lencería, esposas, látigos y vibradores potentes, y le hace que le coja las
tetas al muchacho antes de meterle la lengua hasta la glotis… Se despide, muy
fina ella con una frase que en pocas y me desmallo, pero de verdad, eh… no que
va y le dice “que sepas que me voy con el
chocho haciendo palmitas”. A mí se
me vino la imagen a la cabeza de cuando mi abuela le rebana el cuello a un pavo
de 20 kilos en la navidad y lo deja ahí todo temblando y chorreando. Mucho
asco. Como la del Yonatan repanchingado en el sofá tentando a las aspirantes
para besuquearle. Hubo un momento en que pensé que se iba a bajar la bragueta y
les iba a ir pidiendo a todas que fueran catando la mercancía. Como dijo él
mismo “como esto siga así yo no sé como
va a acabar esto… ¡muy mal!”. Otra imagen que se me ha quedado grabada:
Alfredo Landa anticipando la visita de su favorita “ahora viene mi debilidad, la brasileña”. Verlo levantarse del
tresillo ese que le montaron en su saloncito vintage para abrazar a la muchacha…
“hija mía…” qué momento, fue de una
belleza… plástica. No me sentía tan excitado viendo la tele desde que Iniesta
soltó el zapatazo con que ganamos el mundial. Y entre tanto suena Julio
Iglesias, Sinatra, el devórame otra vez, y la Carrá, caliente, caliente, ooohh,
ohhh… Mítico es poco. Mención especial
para los colegas de los granjeros, majísimos.
Después de las entrevistas hay una primera criba. Una a una,
para que sea más cruel, van descartando hembras como si fueran cabras.
Básicamente, las atocinadas, las pensionistas y las madres de familia numerosa,
todas fuera. Con las que quedan, se van todos de merendola. Y a bailar como
retrasados, tirar latas, besuquearse, beber como cosacos, hacer carreras de sacos
y comer plátanos. Todo con música balcánica ahí a lo Kusturica. Al Melendi se
le ve igual de cómodo bailando que a su tocayo viajando en Ryanair. Tiene un
punto Robocop muy simpático. Al tontico le preguntan por cuando perdió la
virginidad y le entra la risa floja “no
me hagáis pensar que me duele el brazo” dice. Este hombre como digo va a
dar grandes momentos. Tiene otro momento ahí, esplendor en la hierba glorioso,
esto he tenido que verlo en la web y apuntarlo porque no tiene desperdicio
ninguno, ojo al diálogo que mantiene con una esquizoide cebada:
momento mitiquísimo |
Tontico (mirando a las nubes):Parece que ha quedado un buen día…
Esquizoide (mirándolo todo lo fijamente que puede estando bizca): Me gustas mucho.
T (mirando ahora a un pájaro que pasaba por allí, canturrea): Tururu- rurú… me gustas mucho… tururú-rurú
E (sigue mirando fijamente a los ojos del lorzas): tú sabes que cuando una persona evita la palabra me gustas es que le gustas. (¿?¿)
T: no sé, yo soy de pueblo pequeño. (¿¿?¡¡¡)
E: ¿Me das un beso?
T: ¿Cómo de largo? (WTF!!)
E: Eso es una pregunta fea, ¿sabes?
T: Ah vale, no sé…
E (sigue mirándolo fijamente pero ahora mismo está desquiciada, exige): Sé un hombre y dame un beso.
Yo en el sofá:¡ Gordaco! Dale el beso que esta saca un cuchillo y te deja tieso ahí mismo.
T: Pues tú misma…
E: bueno… (y se le lanza y le da un morreo. Grado de grima: ¡10!)
Esquizoide (mirándolo todo lo fijamente que puede estando bizca): Me gustas mucho.
T (mirando ahora a un pájaro que pasaba por allí, canturrea): Tururu- rurú… me gustas mucho… tururú-rurú
E (sigue mirando fijamente a los ojos del lorzas): tú sabes que cuando una persona evita la palabra me gustas es que le gustas. (¿?¿)
T: no sé, yo soy de pueblo pequeño. (¿¿?¡¡¡)
E: ¿Me das un beso?
T: ¿Cómo de largo? (WTF!!)
E: Eso es una pregunta fea, ¿sabes?
T: Ah vale, no sé…
E (sigue mirándolo fijamente pero ahora mismo está desquiciada, exige): Sé un hombre y dame un beso.
Yo en el sofá:¡ Gordaco! Dale el beso que esta saca un cuchillo y te deja tieso ahí mismo.
T: Pues tú misma…
E: bueno… (y se le lanza y le da un morreo. Grado de grima: ¡10!)
Si alguien entiende el código en que se han hablado estos
dos que me lo explique. A mí me parece más fácil descifrar el lenguaje de las
ballenas. Y hablando de cosas que no acabo de entender, con la emoción
no acabé de enterarme de qué va el tema de las cibernovias… digo yo que ya me iré aclarando.
Y nada, después de la fiesta, sigue la criba, ahora hay que
quedarse ya solo con dos. Pocas sorpresas, siguen eligiendo a las que están más
buenas, se han mostrado menos ligeras y tienen menos hijos.
Alfredo Landa se queda con la brasileña y otra simpática que
le pega más y que es la que podría hacerlo feliz pero a la que no va a escoger
ni de coña. La brasileña ya lo tiene hechizado. No hay que hilar mucho para
darse cuenta de que es una profesional. Esta historia ya la hemos visto. Cesár,
el tigre, el gladiador, el domador de fieras, descarta a una guapa. Luis, el señorito, ahora con un
jersey de Benetton dos tallas más pequeño de lo que debiera se queda con las
dos morenazas. Melendi elige a sus dos y las abraza con la misma cara de
felicidad que pondría si acabara de cubrirlas. Y el salido al final escoge a
las que más se le resistieron. Total para ahora engancharse como unas busconas.
Pronostica… “Me comen a besos el primer
día, espérate el segundo”. En el avance del siguiente episodio ya adelanta
sus planes “Me gustaría cepillarme la
primera semana a una, la segunda a la otra y el último día a las dos”. Y
para terminar, el tontico, que se queda con la esquizoide, que otra vez se le
engancha y que me da hasta miedo imaginármela en faena y una gordita canaria
que parece simpática. La loca dice llorando “es como que he encontrado mi pequeña naranja”. Tú lo que has
encontrado es un melón y de los gordos hija. Termina todo con el ataque de
ansiedad de una tonelada y media de mujer que se ha hartado de llorar todo el
día y el Viva la vida de Coldplay a
todo trapo.
En resumen, me he reído lo que no está en los escritos, me
he asombrado, emocionado, he gritado, he pasado mucha vergüenza ajena, me han temblado las piernas como si tuviera
dieciséis años y ha habido momentos en que el cuerpo me pedía tirarme al
suelo y revolcarme como un gorrino, ¿se puede pedir más a un programa de
televisión? GLORIOSO.
3 comentarios:
¡Qué alegría que vuelves al ataque! ¡Eres el mejor! Doble satisfacción de GBE.
Hacía tiempo que no me reía tanto leyendo un blog. Con el diálogo lo has clavado. Nunca te había leído, pero creo que voy a seguir GBE contigo. ¡Eres un crack!
me alegra que haya gustado... este episodio tuvo tantísimo que comentar... y nada, muy bienvenidos siempre a este blog intermitente, los que yo lo conocían y los nuevos.
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