martes, noviembre 03, 2009

Granjero Busca Esposa. Episodio 4. Las cosas se calientan (tercera parte)


me estoy poniendo becerrísimo...


Y termino con el tema de los granjeros de la semana pasada porque se me van a juntar los disparates de una semana con los de la siguiente. Si no recuerdo mal sólo me quedaban pendientes la granjera y el único hombre capaz de arar con sus propios dientes, o como ya lo anunciaba hace unos días, el rey del disco-bar.



En casa de la granjera madrugan para irse a ordeñar cabras. La cabra es un animal definitivamente mefistofélico. Yo desde pequeño siempre les he guardado el cuadro. Mi abuelo Quico tenía unas cuantas y las jodías tenían muy mala idea. A la que te descuidabas un momento cargaban las condenadas contra ti. Traté de ordeñarlas unas cuantas veces. Mi abuela tenía una maña exquisita para enchufar el chorro de la teta dentro de una botella de litro de aquellas de La Casera recauchutada. Pero yo era agarrarle la teta a la bicha y soltarme ella cuatro coces. Desde entonces creo haber depurado la técnica, la de agarrar tetas, se entiende, pero no lo  he vuelto a intentar con las cabras. Por lo que se ve ha evolucionado mucho el tema del ordeño. En la granja de esta muchacha tienen una especie de ventosas que les enchufan en la ubre, le das a la “f”, y ala, listo. A saber los paisanos a donde se enchufarán los inventos estos. En esta granja hay un lío magnífico. El argentino se sigue camelando a la madre. Que a su vez se sigue pintando como una mona y no se despega del muchacho ni con agua hirviendo. Se nota que le pone a tope, y él, por puro vicio, que no se entiende que sea por otra cosa, le da vidilla a la vieja, que seguro está teniendo un despertar de la libido a su edad. Este es un liante y ahí al final, a la que se huela el percal, van a acabar volando los garrotazos del padre de familia. El otro mientras demuestra gran habilidad ya sea para el ordeño o para vacunar a las bestias. Con una jeringa de medio metro en la mano se ofrece para darle un poco de medicina al de la pampa… “¿le ponemos una al  argentino para desparasitarle?” Además, también él ha calado el jueguecito que se trae el otro con la suegra… “este parece que ha venido a buscar suegra en vez de novia” Es un tío listo, y si la granjera no estuviera tan confundida como está… hasta se pone a mandarse mensajitos a otro… “todavía recuerdo lo de Trujillo…”… se quedaría con él. Se le ve recio y parece buen muchacho. Un más que buen partido para una muchacha que es tan poquita cosa.
Y rematamos con Alberto. Que por lo que se ve es un potentado del copón. Por el momento, además de un buen carro, le he visto un par de tractores y un camión. Sólo le falta una avioneta. Se lleva a sus mozas a cargar terneros y les da unos cachetazos en el culo exactamente con el mismo mimo que se los arrea a las bestias. Este hombre en faena tiene que ser el no va más… Después las monta en un teleférico y arriban a un sitio espectacular. Es una bestia parda y se arrima más que José Tomás. A estas alturas está ya muy caliente, very hot. Dice a las cámaras “A mi con Ana me gustaría tener una noche… o una cena… o una cita a solas” con una sonrisa que le delata las intenciones. La latina es una mala bicha y en cuanto se queda a solas con su oponente le cuenta que ella ya le ha hecho una cobra al remedo de simio este que tienen por pretendido. Acaban yéndose de marcha por el pueblo. De disco-bares como él dice. Da gusto verlo con su polo rosita metido por dentro del pantalón. El efecto es el mismo que si le pusieras unos levis y un polo lacoste al tronco de un olivo. Sin embargo tiene el hombre una facilidad para lanzarse que ya la hubiera querido yo en tiempos. Un segundo está hablando y al siguiente, sin terminar la frase, se tira como una fiera a por el morro de la que tiene enfrente.  La otra, que no se va escandalizar nadie porque lo diga, es una guarra de cuidado, no tarda en dejarse chupar, rozarse a tope y poner al pobre mío a mil. Dan un espectáculo lamentable allí en medio. Él hombre del polo rosa se pone cachondísimo y sin pensárselo mucho agarra a la inmigrante y se la lleva a copular a la calle.  Dejan a la otra allí tirada, en el disco-bar, rodeada de garrulos. Al parecer acaba durmiendo en casa de la prima. Que ya hay que ser cabrones. Menudo papel te está tocando hacer… Dice no sentirse ofendida por que se hayan besado los otros dos e insinúa que su oponente ha tardado muy poco en bajarse las bragas. La otra se hace la ofendida… lo que no le pega mucho. Esta es más fácil que la tabla del uno, que dice un amigo mío. Y por el momento así termina esta historia que promete dar muchos planos grimosos en breve.

3 comentarios:

Maitó dijo...

Gracias, Tiago, que estaba en ascuas....
Esta semana no me lo pierdo. Por lo que veo, alguno ya ha "tocado pelo".... ¡¡¡¡jajajaja!!!!

Anónimo dijo...

Te felicito por tu blog y comentarios, tu mujer tiene que estar muy contenta contigo, por tu chispa !!!
lo que no se si se habrá puesto un poco celosa al ver tanto ajetreo en este blog.

carmen.

Tiago Cotes dijo...

por mi chispa, mi indudable atractivo y lo apañao que soy con las tareas del hogar :-)

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